ELENA ISINBÁYEVA: REINA DEL DEPORTE REY
Sólo el amor puede impedir que Elena Isinbáyeva bata un nuevo récord mundial. Esto lo ha demostrado su actuación en el reciente campeonato mundial en Berlín.
Elena tomó parte en tres juegos olímpicos. Su actuación en Sydney en 2000 fue un fracaso. Sin embargo, en los siguientes juegos de Atenas, Elena adornó su primera victoria olímpica con un récord mundial. Después de la Olimpiada el entonces presidente Putin le dijo: “¡Fue un salto muy lindo! Estaba muy preocupado cuando le quedaba el tercer y último intento”.
Tras la victoria en Grecia, Elena inesperadamente cambió de entrenador. La deportista abandonó su Volgogrado natal para entrenarse en Donetsk bajo la dirección de Vitali Petrov, ex entrenador de su ídolo Serguéi Bubka. No por casualidad la comparan con el 35 veces recordista mundial en salto con pértiga Serguéi Bubka. Incluso suelen llamar a Isinbáyeva “Bubka con falda”. Y en la siguiente Olimpiada de Pekín Isinbáyeva batió su 24 récord mundial.
Pues bien, llegó el campeonato mundial en la capital de Alemania. Elena incluso no consiguió superar la altura inicial. “A veces surgen ideas que distraen del deporte –reconoció Isinbáyeva. Pero no permitiré más a nadie meterse entre mí y el deporte”.
En realidad, según escriben los tabloides, su afición por un pinchadiscos llamado Artiom recortó el tiempo para los entrenamientos y sólo añadió sufrimientos personales. Y, en general, Elena tiene gran cantidad de caballeros para elegir. Tal como se estila en el Cáucaso (el padre de la deportista nació en la república rusa de Daguestán), los parientes de Isinbáyeva le buscaban un buen novio. Pero Isinbáyeva encontró lo que responder a los numerosos casamenteros: “si sus hijos puede sostener la mitad de la pértiga con la que yo salto, entonces adelante”. Pero como no había pértiga, Elena inventó otra prueba: obligó a los candidatos a saltar sobre un arroyo de aproximadamente tres metros de ancho. Pero todos los aspirante cayeron al agua. Y ahora Isinbáyeva es dueña de su propio su destino. En Daguestán, en honor de la célebre deportista, cerraron un tonel de 200 litros de cognac. Elena prometió abrirlo después de la Olimpiada de 2012 en Londres.
Elena empezó a practicar atletismo bastante tarde: a los 15 años. Con anterioridad dedicó 10 años a la gimnasia, pero su gran estatura resultó ser un impedimento para alcanzar las cumbres de la gimnasia. Y la hermana menor de Elena, con quien en la infancia competían entre sí, no siguió la carrera deportiva y ahora es entrenadora de fitness.
No mucho tiempo Elena estuvo afligida después de Berlín. Una semana después en Zurich la rusa superó en el primer intento el listón de los 5 metros 6 centímetros, batiendo un nuevo récord mundial, el número 27. No en vano la deportista es llamada “reina” en el deporte rey: el atletismo.
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